Bodegas Riojanas

VISITAR BODEGAS RIOJANAS (CENICERO) 

Bodegas Riojanas ha construido su historia sobre valores inquebrantables que han asegurado su continuidad y desarrollo. El más importante ha sido siempre el respeto por el viñedo y su entorno como fuente de riqueza, y su comunidad, motor de su compromiso con la calidad que ha mantenido siempre hasta nuestros días.

El primer símbolo representativo del papel que juega el viñedo para Bodegas Riojanas da la bienvenida nada más llegar a las instalaciones, una puerta de piedra que daba paso a "El Cerrado”, viñedo de la familia fundadora Frías-Artacho situado a la salida de la localidad de Cenicero (Rioja Alta) en 1799. La puerta de piedra se ha conservado para representar el pacto tácito de permanencia de esta saga de viticultores y bodegueros que fundaron una pequeña bodega en el año 1890. Hoy es la quinta generación de una misma familia que ha construido su devenir con hitos propios, en paralelo a los grandes acontecimientos de la historia, la encargada de disputarse un espacio en el presente y el futuro.
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Más de 130 años de experiencia en la viticultura y elaboración de vinos de calidad han enseñado a esta familia de emprendedores que la continuidad se consigue a partir de conceptos muy claros. El primero es el viñedo. Las 200 hectáreas de viñedos propios, además de las 600 de viticultores de confianza, se encuentran en distintos terruños de suelos arcillo-calcáreos de la prestigiosa zona de Rioja Alta (D.O. Ca. Rioja), en municipios cercanos al río Ebro, Cenicero, hasta en las laderas de la Sierra de Cantabria, como San Vicente de la Sonsierra. La variedad mayoritaria es el tempranillo, pero también utilizan uvas de mazuelo, graciano y garnacha, así como viura o malvasía.

Proteger el legado familiar de tantos años de historia ha requerido de Bodegas Riojanas su compromiso inalterable con el cuidado del viñedo y de la naturaleza. Esta responsabilidad los ha llevado a promover distintos proyectos de investigación e iniciativas en pro de la preservación y mejora del viñedo y su entorno, por ejemplo, con la creación en 2018 del protocolo de zonificación parcelaria o la apertura en 2019 de la Escuela de Viticultores, que promueve el intercambio de conocimiento sobre el viñedo y pone en valor el papel de los viticultores que colaboran con Bodegas Riojanas.

Como resultado han llegado avances como la elaboración de vinos sin traza animal alguna, la instalación de paneles solares y otras mejoras de optimización de recursos, así como reconocimientos como el sello Wineries for Climate Protection, que certifica la eficiencia energética, la gestión eficiente del agua y la reducción de residuos de Bodegas Riojanas.

MONTE REAL SIMBOLO DE AUTENTICIDAD Y ESENCIA CENTENARIA

Uno de los resultados más importante ha sido sin duda la creación y continuidad a lo largo del tiempo de la emblemática marca de la bodega, Monte Real.

Monte Real simboliza la autenticidad y la esencia de la bodega centenaria. Las primeras botellas salieron a la luz en 1933 a partir de la visión del francés Gabriel Larrendant, enólogo de Bodegas Riojanas por entonces, quien reconoció el potencial del viñedo El Monte (Cenicero, Rioja Alta) para elaborar vinos que se convirtieran en el alma de Bodegas Riojanas y orgullo de la bodega.

VISITAS DE ENOTURISMO

Durante la visita a la bodega, compartiremos contigo nuestro más de un siglo de tradición vitivinícola. La visita a nuestras instalaciones discurre por el edificio original, de más de 130 años, así como por las ampliaciones que se han realizado a lo largo de la historia: naves de elaboración, sala de barricas, botellero y la 'Sala de sensaciones'.

La visita finaliza con la degustación de tres vinos (Blanco, Crianza y Reserva) acompañados de un aperitivo que consiste en una pequeña degustación de embutidos ibericos.

La visita dura alrededor de 1 hora y la degustación unos 45 minutos.
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